Rinitis en conejos:
el caso de Ikki


Ikki es una conejita geriátrica que acudió a la a consulta de la clínica veterinaria A Media Lúa por sus episodios de estornudos continuados y epífora (exceso de lágrima). Ante este tipo de procesos es muy importante realizar un diagnóstico a tiempo, así como una completa y correcta valoración del estado general del animal, debido a las diversas complicaciones que pueden aparecer si la patología se cronifica. Os contamos su caso…

El conejo es un animal de respiración nasal obligada (es decir, no puede respirar por la boca), y que de manera fisiológica tiene entre 30-60 respiraciones por minuto, por lo que no todos los movimientos que realiza con la nariz son respiraciones. En un caso como el de Ikki, los posibles diagnósticos son problemas infecciosos de tipo bacteriano, vírico o fúngico a nivel nasal, o bien problemas no infecciosos. Entre estos últimos debe descartarse la patología dental (extremadamente frecuente en conejos), la presencia de cuerpo extraño nasal, la exposición a agentes irritantes o las causas tumorales. La frecuencia de las diferentes causas puede variar en función de la edad del animal: en los jóvenes lo más frecuente es que la causa sea infecciosa, y en los de edad media o geriátricos es importante descartar los procesos dentales o tumorales.

El de Ikki es un proceso cronificado con cierto tiempo de evolución, que ya había sido tratado con anterioridad. Y, aunque la alimentación a lo largo de su vida ha sido correcta, actualmente había disminuido hasta casi evitar el consumo de heno. Esto ha provocado que el desgaste de sus dientes se haya visto afectado, agravando el proceso. Tras un examen completo con una exploración bucal a fondo, se realizaron radiografías en las que se evidenció un problema dental y una cavidad nasal anormal.



Para poder diagnosticar con mayor exactitud la gravedad del problema y poder tratarlo adecuadamente, fue necesario someter a Ikki a un TAC, en el que se evidenció una rinitis atrófica.


Comparativa de la concha normal de una coneja sana (izquierda) con la de Ikki (derecha)


En el TAC pudimos apreciar que presentaba una destrucción del interior de su cavidad nasal muy avanzada, así como unos granulomas calcificados. Asimismo, comprobamos que uno de los molares estaba agravando el cuadro.


Molar que agravaba el cuadro


En estos casos el TAC es de suma importancia, puesto que nos permite valorar, además de la extensión de las lesiones, el mejor punto de acceso en caso de realizar una toma de muestra, y también las probabilidades de éxito del tratamiento y el pronóstico del paciente.


Cálculos de la mejor zona para realizar la toma de una muestra


Si en el TAC vemos los senos muy afectados es difícil que el tratamiento médico funcione y, en tal caso, sería una buena opción valorar la cirugía (rinotomía), siempre y cuando no llegue a afectar al seno etmoidal, al cual no podríamos acceder ni siquiera de manera quirúrgica.


Senos afectados


Por lo tanto, el de Ikki es un caso complicado en el que, a la edad de la paciente, se suma un proceso muy avanzado y cronificado, que implica una patología dental y una nasal con gran destrucción y de difícil acceso.

Tras el TAC se optó por una solución conservadora. Bajo anestesia general, y con la paciente monitorizada durante todo el proceso por María T. y María J., se realizó una rinotimia paramedial derecha para explorar la cavidad. También se procedió a tomar una muestra de la lesión para un cultivo, y a la destrucción del granuloma en colaboración con Jaime, nuestro traumatólogo. Además, Maria J. realizó un arreglo dental, para evitar que este factor continuase agravando el cuadro.

Finalmente, se instauró un tratamiento confinado con medicación inyectable, oral y nebulizaciones, que a lo largo de los meses ha sido necesario ir modificando y ajustando, al tiempo que se mantenía a Ikki bien monitorizada.



Una de las conclusiones que se pueden extraer de este caso es que un simple problema de estornudos en conejos debe ser valorado desde diferentes puntos de vista y a varios niveles, para llegar a un correcto diagnostico y tratamiento.

Fue un tratamiento largo, de meses, en el que la implicación, la paciencia y la constancia de su propietaria han sido claves para que Ikki tenga una buena calidad de vida. Sabemos que las recaídas no son raras en este tipo de procesos, pero lo más importante es tratarlos a tiempo, antes de que vuelvan a cronificarse.

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